Evento organizado por el Gobierno de Colombia: "Dos años de implementación de la Política de Paz con Legalidad: un compromiso con acciones". Intervención de Rosemary DiCarlo, Secretaria General Adjunta de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz
Buenos días y un cordial saludo desde Nueva York. Gracias, Presidente Duque, por la invitación a participar en este oportuno evento, el cual esperamos pueda contribuir a avanzar en la importante labor de consolidación de la paz en Colombia.
También extiendo mis más cordiales saludos a los distinguidos participantes presentes este día. Nuestra presencia colectiva es un recordatorio del profundo apoyo con el que los y las colombianos y colombianas pueden contar dentro de la comunidad internacional a medida que continuan trabajando sobre esta agenda crítica.
Señor Presidente, nos reunimos a dos años del inicio de su gobierno y casi cuatro años después de la firma y entrada en vigencia del Acuerdo Final de Paz entre el Gobierno de Colombia y las antiguas FARC-EP.
El Acuerdo fue un momento decisivo que abrió una oportunidad para que el país construyese un futuro libre de la violencia que marcó su pasado. El Acuerdo enlaza a los colombianos con una ambiciosa agenda de paz sostenible.
Estamos trabajando en estrecha colaboración con su Gobierno y las antiguas FARC-EP, así como con la sociedad civil y las instituciones establecidas como resultado del proceso de paz. Las responsabilidades son de gran alcance para todos. Cumplir con estas responsabilidades requiere valentía para evitar que las diferencias, por muy profundas que sean, se interpongan en el camino hacia una paz duradera. Felicito al pueblo colombiano por los avances logrados hasta ahora. El éxito de Colombia puede ser una fuente de esperanza e inspiración más allá de sus fronteras, especialmente en aquellos rincones del mundo que continúan siendo devastados por conflictos violentos.
Las Naciones Unidas han acompañado con orgullo a los y las colombianos y colombianas desde el inicio del proceso de paz. Reconocemos sus muchos logros, que han continuado bajo su administración, y apreciamos la fe depositada por el gobierno y los colombianos de todos los ámbitos en la Misión de Verificación de las Naciones Unidas y el trabajo del sistema de la ONU en conjunto.
Fuimos testigos de primera mano cuando las antiguas FARC-EP dejaron las armas y pasaron página a más de cinco décadas de lucha armada. Hemos observado con gran aliento cómo los excombatientes han ido tomando pasos, con el apoyo del Gobierno, hacia su reincorporación social, económica y política. Ahora son parte de la vida política democrática de Colombia. Y reconocemos el arduo trabajo del Gobierno para incluir a los excombatientes en el futuro de Colombia.
En otras áreas del Acuerdo vemos la oportunidad de apoyar a Colombia para abordar temas como la reforma rural, la participación política, la justicia transicional y el problema de las drogas ilícitas. Nos inspira cada día el trabajo incansable de los y las líderes sociales, organizaciones de mujeres, representantes indígenas, afrocolombianos y juveniles en apoyo a la paz y la reconciliación en Colombia. Son un testimonio de la capacidad de resiliencia y creatividad - por parte del Gobierno, los excombatientes, la sociedad civil y otros - que ha sido necesaria para asegurar estos primeros logros tangibles de la paz.
Aún así, tenemos presente el difícil camino que todavía tenemos por delante.
Seguimos profundamente preocupados por la inseguridad que impacta la vida de tantos colombianos en las zonas del país afectadas por el conflicto - a pesar de la reducción general de la violencia instigada por el proceso de paz. Condenamos la violencia cometida por grupos armados ilegales que ha continuado sin cesar, incluso en medio de una crisis sanitaria mundial. Los asesinatos y amenazas contra líderes sociales, excombatientes y mujeres y jóvenes son una amenaza para la paz. Reconocemos los esfuerzos de las autoridades, las comunidades y los y las líderes locales en Colombia para abordar este grave desafío. Todos reconocemos que es necesario hacer aún más.
En la misma línea del llamado del Secretario General a un alto al fuego global, hacemos un nuevo llamamiento a los grupos armados a que detengan la violencia para dar alivio a las poblaciones más vulnerables y facilitar los esfuerzos contra la pandemia de COVID-19.
Permítanme enfatizar que Colombia no el único país que enfrenta la difícil tarea de reconciliarse con el pasado. El Acuerdo de Paz traza un camino innovador basado en la justicia transicional. Su promesa clave recae en colocar los derechos de las víctimas en un plano central.
Para que se pueda cumplir esta promesa, será fundamental contar con el pleno respeto y apoyo a los órganos que conforman el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. De igual manera, es importante el total compromiso de los actores que participaron en el conflicto con la verdad y el reconocimiento de responsabilidad.
Permítanme también destacar la manera innovadora en la que se ha reflejado en el proceso de paz de Colombia el papel fundamental de las mujeres en la construcción de la paz. Esto es oportuno, ya que nos acercamos el próximo mes al vigésimo aniversario de la histórica resolución 1325 del Consejo de Seguridad sobre mujeres, paz y seguridad. Saludo el trabajo de las mujeres que desde el Gobierno, las instituciones estatales y la sociedad civil han desempeñando roles de liderazgo en sus comunidades, e insto a que se lleven a cabo todos los esfuerzos necesarios para asegurar la plena implementación del enfoque de género establecido en el Acuerdo.
Quisiera concluir agradeciendo nuevamente, señor Presidente Duque, esta oportunidad de estar con ustedes, así como su compromiso y el de los funcionarios de su gobierno. Esperamos continuar nuestra estrecha cooperación. Somos conscientes que poner fin de manera definitiva a los ciclos de violencia en Colombia y construir una paz duradera solo se puede lograr con esfuerzos de largo plazo.
Sin embargo, ese futuro se formará sobre los cimientos que se construyan en este momento. A medida que continúe la implementación del Acuerdo de Paz, puede estar seguro en poder contar con el apoyo continuo de las Naciones Unidas.
Gracias